-Yo no tengo una mejor amiga. Tengo cuatro, se llaman las bp, pero aunque sean cuatro, son como una sola. Y no es porque se parezcan, de hecho son muy distintas.
Una de ellas, yo diría que la más pava y vergonzosa de todas, tiene un corazón gigante. Tan grande que apenas le cabe en el pecho. Tiene mucho y presume demasiado poco para lo que podría. Calla mucho y con pocas palabras te puede hacer sentir la más importante de todas. Es la típica amiga que, cuando te pones a recordar, siempre ha estado, cuando la necesitabas y cuando no.
Hay otras dos chicas rubias. Son mis rubias. Son iguales en la mayoría de las cosas; no son nada tímidas, pero pueden llegar a ser las más vergonzosas en cosas muy absurdas. También se diferencian en muchas cosas; hablan mucho, de hecho no callan. Cuando tienen un problema, una siempre lo dice para sentirse mejor o al menos echarlo fuera, la otra se lo guarda hasta que le hace bola y explota. No son las típicas amigas que están diciéndote todo el día lo mucho que te quieren, sin embargo son las que más lo demuestran.
Y por último hay una más. Sus ojos son los ojos más brillantes que nunca he visto. Es muy inquieta, no para ni un segundo, y aunque diga y cuenta muchas cosas, lo que de verdad le preocupa se lo guarda para ella. Al final termina explotando, pero no es la típica que lo paga con sus amigas, porque sabe que las demás también tienen suficiente con lo suyo. Es bastante bajita, pero hazme caso, puede llegar a ser la más grande.
Ellas lo son todo, y aunque sean muy distintas, son como una sola.
maríaa
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